jueves, 12 de marzo de 2009

Izquierda Insensata

Si bien es cierto, toda la batahola generada por las opiniones del canciller chileno Alejandro Foxley , en donde critica a cierto sector de la política peruana, logró despertar de sus sarcófagos a los eternos candidatos, esto no significa que sus declaraciones, aunque impertinentes, dejen de tener asidero.
Una izquierda trasnochada y anclada en el pasado, tristemente representada por un Humala, que de economía y de TLC sabe lo que yo de física cuántica, intenta capitalizar para su causa electorera la invalidez del TLC firmado con Chile. Si bien es cierto, hubiese sido más sensato discutir los alcances de este tratado en el congreso, el gobierno optó por una aprobación no del todo regular ni democrática, sabiendo la gran sensibilidad y tirria existente entre estos dos países, azuzada por las huestes izquierdistas; la confrontación de posturas, específicamente con el partido Humalista era lo más acertado pues los pensamientos arcaicos que estos propugnan hubiesen sido derrotados casi de inmediato, al no resistir el menor análisis.
Históricamente, la izquierda recalcitrante jamás aportó en la construcción del país, todo lo contrario, fue cuna de la subversión que azotó fuertemente en la década de los 80, y hoy, aunque la violencia no es parte de su accionar, defiende con vehemencia los mismos principios de antaño, aquellos que llevaron al Perú a un colapso económico y social cuyos efectos aún sentimos.
Aprovecharse de coyunturas tan importantes como este TLC con Chile, dentro de un contexto mundial en crisis, no hace más que confirmar la supremacía de las ambiciones personales y partidarias de un Humala que no entiende de propuestas ni debates, sino de bramidos y torpezas.

martes, 3 de marzo de 2009

Cuernos y Razones



Las malas costumbres de nuestra variopinta farándula local, no son más que el reflejo justo de la situación moral por la que atraviesa nuestra sociedad.
Nos levantamos todos, con la noticia doméstica y casera de un puma abatido por las tropelías de una mujer a la que se le acabó el amor. No contenta con ello, al verse descubierta, lejos de ocultar por decencia propia su infidelidad, atizó el fuego de la traición revelando y detallando sus inapetencias y hastíos hacia un Carranza no del todo santo.
Hoy en día, la sociedad en su conjunto ha adoptado valores morales que hacen más permisibles los actos impropios como la infidelidad, todo lo contrario, incentiva, aplaude y hasta enaltece aquella persona que cobardemente rompe el pacto sentimental o legal entablado con su pareja, claro está, en cuestión de géneros la balanza es manifiesta y poco plural. El Sacavueltero(a), no es más que un triste sujeto, sin sentido de compromiso ni lealtad, que permite la supremacía de sus necesidades fisiológicas y pensamientos patológicos, antes que la consecución de una vida en valores, correcta y sensata. Cuando la sociedad, hoy revolcada en su podredumbre, deje de ensalzar estas actitudes, sólo allí, la infidelidad dejará de ser un motivo de elogio y por el contrario será un estigma eterno de bajeza humana ciertamente despreciable.