Despúes de la batalla

Son las 08:33 de la mañana del miércoles 20 de febrero, aún en pijama me arden los ojos, hoy sólo pude dormir tres horas, a las 3 de la mañana me levanté somnoliente y un ventarrón de ideas al parecer estaban esperando que lo hiciese para entrar violentamente en mi mente, intenté dormir de nuevo poniendo mi cabeza en blanco sabiendo a priori que no funcionaría, pero lo quise intentar, y en efecto no lo conseguí, aplicando nuevas estrategias de sueño me dirijo a la cocina a tomar un vaso con agua, pero aún así el sueño parece haberse echo cómplice con mi tristeza y ambos desean que los viva, es peor quedarme en mi cama a tratar de luchar contra ellos, el recurso casi innato para ganar esta batalla es la tv por eso que recurro a ella sin resultado alguno, viendo todo pero a la vez nada, no puedo siquiera concentrarme en algo, envelezado en un punto fijo hago un recuento de todo lo vivido, creando una propia imagen mental y me destruyo, pasada una hora a las 4 a.m apago la tv para intentar dormir nuevamente, no pasa ni un minuto y la vuelvo a encender, y las ideas cual yenas carroñeras me abruman de nuevo, cuando de pronto oigo la lluvia caer muy fuerte sobre el techo y una brisa humeda ingresa por una puerta semiabierta, allí estoy, en penumbras, alumbrado sólo con la luz de la tv, triste y macullado; a un costado un celular agonizante me grita en la cara que ya esto termina, que no va ha sonar más, lo tomo y borro de él tantos mensajes guardados y cambio su sonido, que retumba por última vez en la sala. ¿porqué hice eso? ... terminé de desmoronarme ... a las 5 de la mañana estaba rendido, subo a la azotea de mi casa para ver el depertar del día y allí me quedé una hora, esperando que todos se levanten. Quiero que esto pase ya, espero eso, mientras tanto sólo me quedan recuerdos..... Yo voy a estar aquí , sintiendo lo mismo, dispuesto, esperando aunque quizá nunca llegues....... E.