lunes, 24 de marzo de 2008

Laura, esBozzo de una basofia

Quee paseeeee la amante, y es en ese momento cuando la esposa gordita, pero con sus piernecillas veloces y pasitos pequeños se abalanza sobre la rival cogiéndola de los cabellos y lanzando furibundos insultos y manotazos, mientras el marido sentado a un costado observa circunspecto la trama armada por las indecisiones de su corazón. Este es el contexto que básicamente se vive a diario en la fabrica de infelicidad del Coco loco de Laura. No era un secreto que la enorme cantidad de gente que asiste y participa de este esperpento creado por la Bozzo fuese una vil y ofensiva falacia creada para ensanchar mas las arcas de esta autodenominada abogada de los pobres donde cada día los increíbles casos superan uno tras otro los inimaginables enredos de las familias peruanas. Esto no dejaría de ser algo mas de las gringadas llamadas talk show que con presteza estuvieron en boga en la década de los 90 si no fuese por el arrollador éxito que particularmente Laura supo capitalizar a costa de lo que hoy sabemos teatros muy bien montados y ensayados.
Mostrar las decadencias humanas y sazonarlas con la violencia vendedora mas repugnante que hasta ahora conocíamos ha significado para la Bozzo hacerse fama en tierras lejanas bajo las faldas y lema de reflejar la realidad, exportar a diestra y siniestra basura a toda la comunidad latinoamericana que prejuzga y generaliza a unos cuantos desmuelados como estereotipos del ciudadano peruano. Pedirle a un asno que describa el polinomio de legendre seria mas viable que implorar a Laura refugiarse en sus cuarteles de invierno a disfrutar de los millones que indebidamente se apropia a costa de un espectáculo vendido como cierto. Sin embargo esta lamentable situación no tiene solamente como culpable a nuestra “abogada de los pobres” sino también a el grueso de la población que consume y deja entrar a sus casas estiércol como estos

domingo, 23 de marzo de 2008

Semana Santa

El sol recién se asomaba y ya estábamos todos dentro del auto, un día antes fuimos de provisiones para lo que sería un excelente camping familiar, una carpa para 5 personas, una parrilla, 6 kilos de carbón, colchones de aire, almohadas, bolsas de dormir y lámparas serían entre otras cosas las herramientas que harían de estos días una excelente oportunidad para despejar los fantasmas del estres que poco a poco venían acumulando su pesada carga.

Cuando terminamos de llenar la maletera, me di cuenta y se lo hice saber a mi padre que esta vez aunque el recorrido sería menor, no era proporcional a la cantidad de objetos que transportábamos, ya que en otras oportunidades los viajes a Huaraz y Huancayo simplificamos aún más los objetos a necesitar. Y arrancó el auto, sin embargo presumo yo, un tufillo de intolerancia se respiraba en el ambiente que estalló y se hizo evidente cuando mi madre olvidó el bloqueador e insistió que regresemos, mi padre haciendo uso de una extraño tono frunció el ceño y se negó a retornar, mi madre haciendo muestra de sus carencias hormonales comenzó a gritar, yo sólo escuchaba, al costado mi hermano oía su Mp3 increíblemente despreocupado ante la situación, debido a la impotencia de no encontrar respuesta a sus pedidos mi madre comenzó a llorar, la devacle, dije yo, al diablo con el camping, mi padre no pudo resistirse ante ese viejo pero efectivo recurso que mi madre hábilmente se hizo valer para conseguir su objetivo, es cuando emprendimos el retorno y en el trayecto trato de hacerle la conversa a mi hermano quien me contesta con monosílabos, es cuando recuerdo que antes de partir mi padre le hizo limpiar su cuarto a regañadientes y la ira aún corría por sus venas y era yo quién estaba pagando los estragos, en estos momentos sólo era un mero espectador de los enfrentamientos de una familia pacífica que en estos momentos no estaba dando buen testimonio de ello. Conscientes que no podíamos empezar así el viaje, la reconciliación comenzó en el grifo cuando llenamos el tanque y mi Padre con un evidente esfuerzo le pidió a su hasta entonces rival que mirase el marcador en cero, mi madre, quien también estaba dispuesta a cerrar este capítulo hizo que no escuchó y preguntó el pedido, es así como paulatinamente las palabras comenzaron a fluir entre ambos y se enfrió la situación . Ahora el reto era mio, romper el hielo con mi hermano era mi objetivo el cual se cumplió cuando le pregunté por la cámara de fotos.

Es así que la familia se iba de paseo, no precisamente en un auto feo, teniendo como destino La Ensenada, una bella playa situada en el kilómetro 80 de la panamericana sur si mal no recuerdo, al llegar cerca de las 9 de la mañana un grupo de campistas que ya habían pernoctado el día anterior tomaban desayuno furibundamente.... descargamos todo el equipaje y armamos la carpa gris, plantamos nuestra sombrilla y habia llegado el momento de disfrutar este fin de semana largo en familia, como debe ser.

domingo, 16 de marzo de 2008

No nos hagas esto, paciente

8:30 de la mañana y rostros preocupados con una esencia de angustia dejan verse por los pasillos y salas de la clínica de odontología de la Universidad de San Martín de Porres, a paso ligero y casi trotando ultiman lo que será un provechoso día, siempre y cuando el paciente recuerde el pequeño detalle de una cita consertada y es que es de todos los días, detrás de todo esmerados interno que ante su paciente debe mostrar el rostro más amable está la duda si este será capaz de mantener esta relación de confianza y puntualidad en las citas posteriores y en muchas ocasiones no es así, dañando seriamente el corazón de nuestros esforzados internos, es cuando el paciente sin enterarse siquiera se convierte en víctima de semejantes improperios lanzados en su contra con cierta justicia por el interno que es de carne y hueso, que tiene sentimientos y no es de piedra y que de alguna forma debe descargar su rabia e impotencia y que mejor manera que comentar con su compañero de unidad: las senectudes (vieja desgraciada...) , los límites (se pasa ...) y los cálculos (me hace perder tiempo...) , cabizbajo y mermado, resignado a no ver por este día ,no al paciente, sino al puente, a la completa o la remo se dirige a realizar el paseo del calvario, con paso lento dirigiendo su mirada inútilmente por las lunas transparentes de la clínica y mirando al piso de granito , para luego elevar nuevamente la vista hacia el reloj, quedando más desalentado aún, continúa dirigiéndose a los asientos designados y conocidos para los internos sin pacientes, se les puede ver mirando el celular con la esperanza de un mensaje, o al menos buscando una explicación, respuesta que sin embargo no llega. Alzan la vista y miran con una envidia casi imperceptible a sus compañeros que con historia en mano dirigen a sus pacientes hacia las salas, es cuando decide regresar nuevamente a su unidad y al encontrarse en el umbral de la puerta, ve a lo lejos su sillón vacío con un campo azul desierto, un vaso lleno de agua aún y una cánula erecta. Es lo que ocurre, cuando un paciente falta a su cita, tu no lo hagas, recuerda que el interno tiene sentimientos, no le hagas más daño, ve a tu cita.

lunes, 3 de marzo de 2008

Cuentos de niños

En un lugar muy lejano del que nadie sabe su nombre dos niños cuyos nombres no recuerdo rondaban felices los campos verdes, chapoteaban despreocupados en un lago cristalino en cuya superficie se veía reflejada las montañas, a lo lejos un sol imponente naranja cubría la tarde calurosa con sus tímidos rayos. Ella, la pequeña con su rostro adusto, ojos marrones y una cabellera larga que cubría su rostro ante el resoplar del viento sonreia alegre con la boca entreabierta, era más bella que la misma tarde, esa tarde perfecta, juntaban piedrecillas de colores y de las formas más caprichosas para luego guardarlas en un bolso de tela gris y los apreciaban como tesoros, cada uno con su botín se dirigían rio arriba a su refugio conversando y sonriendo, ambos pateando un pedazo de rama seca que se perdió entre los matorrales cuando el niño lo hizo muy fuerte, se miraron y no era necesaria palabra alguna para comprender lo que pasaba o al menos eso parecía, el niño la tomo nuevamente muy fuerte de la mano y comenzó a correr, ella, la pequeña, no tuvo otra opción que seguir la fuerza que la empujaba hacia delante y corrieron ambos, ahora sin dirección alguna, lejos del refugio pero felices. Cuando cayó la noche no hubo ni una sola estrella ni luna que pudiese alumbrar el camino, el ambiente se cargó de una neblina espesa que impedía la visión a dos metros. Ellos, los niños tomados de la mano ahora estaban asustados, el le dijo: no temas, pero ella comenzó a llorar, intentó buscar una salida y se apartó de él, dejó caer su bolso con las piedrecillas juntadas y comenzó a tantear la brumosa noche hasta que . . . Me desperté pensando en ti.

sábado, 1 de marzo de 2008

Mi maestro

Cabrera nunca envejece me decía mi madre, y es que parecìa cierto, el profesor Àngel Cabrera Cabrera enseñò a gran parte de los integrantes de mi familia comenzando por tios, primos y otra serie de conocidos, en segundo grado de primaria al cual me remonto eramos en promedio 14 niños en el aula única del centro educativo fiscalizado 7502 Atocongo, no era privado, pero tampoco público, pertenecía a la Fabrica de Cementos Lima y era todo lo que un niño de mi edad pudiera pedir, sin lugar a dudas es y sigue siendo el colegio màs bello de toda esta parte de la capital, un conjunto de rosales te da la bienvenida, junto a palmeras y un arco formado por enredaderas frondosas conducìa al patio central, el cual estaba circundado por las aulas con techo a dos aguas y piso de parquet, carpetas monumentales pintadas de verde todas y ventanales inmensos que abarcaban màs de la mitad de la pared, el espacio de cada uno de los salones era el doble de los que ocupaban las carpetas, una pizarra verde, una biblioteca, un pupitre, un estante, y otros enceres conformaban el aula, en una esquina del patio central habìa una entrada al biohuerto, lugar donde en màs de una ocasiòn pasàbamos todo el recreo alimentando a los pollos o tratando de camuflarnos del señor Benito (portero del colegio) para robar camotes, zapallos y papas los cuales habìamos aprendido a diferenciar por su hojas, trepàbamos àrboles para coger las moras que en ellos brotaban, improvisàbamos juegos y en algunas ocasiones los màs osados y prematuros practicaban actividades que demàs està decirlo no participaba, el biohuerto era una gran extensiòn de tierra muy tupido de plantas que servìa de refugio a una serie de aves que con la crueldad de los 7 años robàbamos sus nidos, a la izquierda del mencionado lugar habìa otra extensiòn mucho màs amplia donde crecìan zapallos que por su voluptuosidad eran casi imposible pasar desapercibidos en nuestras mochilas, es por eso que nos contentàbamos con rabanitos y lechugas que orondos y contentos llevàvamos a casa con una sonrisa. Detràs de las aulas constituia el punto de concentraciòn màs concurrido en el recreo, una loza deportiva rodeada de plantas boscosas servìa de guarida para jugar a los fortines o capturar caracoles que habìa por millares, avanzando màs lejos un campo verde enorme permitìa deslizarnos por èl en dìas de lluvia, continuando con la descripciòn del lugar que me acogiò y donde tengo los recuerdos mas valiosos de mi vida puedo recordar el el estadio deportivo de fùtbol cuyas medidas oficiales lo hacìan simplemente el predilecto en las horas de educación física. Son muchas las omisiones en las que estoy incurriendo pero esta entrada al blog tenìa otro fin, al grano, en este ambiente acogedor ejercìa la docencia un casi anciano, larguirucho, de cabeza semi calva, ojos verdes, tez blanca y con muchas lìneas que surcaban su rostro, era mi maestro, el profesor Angel Cabrera Cabrera, toda una instituciòn de la escuela y familia. el Pelao a quien llamaremos de este momento asì, tenìa pasta de escritor o màs bien poeta de papel que era presisamente el punto màs fuerte dentro de las muchas habilidades que poseìa, pero sus escritos tenìan que ser recitados y èl estaba a la caza de alguièn digno que pueda hacerlo, para esta tarea en el salòn existian tres candidatos Benito Misaray alias borracho, Cesar susanivar alias Calín y Yo jaja ¿esperaban algo?, desde luego yo era el favorito para convertir sus letras en voz y no cualquier voz, tenìa que ser muy istrionico tal como el me lo enseñaba, recuerdo que para desterrar toda verguenza me conducìa en horas de clase al biohuerto, en allì donde sòlo las pollos y plantas miraban explotaba en locuacidad, cada gesto, cada palabra cada movimiento de sus cejas, todo, así debìa hacerlo, yo practicaba modulando la voz segùn la letra y el pelao nunca quedaba conforme, pero desde luego era evidente que opciòn primera para reclamar sus poesìas era quien escribe; en una ocasiòn osè olvidar la letra mientras ensayabamos como retribución recicbí una marca bien pronunciada en mi mano, una furibunda correa sacó un silbido al aire y rápidamente desgarro el silencio resonando fuerte, y yo sintiéndome culpable por el olvido no tuve otra alternativa que tragar saliva y continuar. Los 6 años transcurrieron irremediablemente y muchas cosas pasaron que talves hoy no recuerdo, algunas si: como tropezar desde el estrado de actuación y caer de cabeza 2 metros, sin secuela alguna, o al menos eso creo ja ja ja. o cuando recolectabamos dentro de los matorrales unos frutos bautizados por nosotros "pìnchito de mono" que eran más picantes que el mismo rocoto y que a mi se me ocurrió echárselo en el ojo a mi amigo (por así decirlo) Castro, tal gracia costo una bofetada resonante en mi rostro por el pelao y que todo el salón se quedara hasta las 4 de la tarde haciendo una jornada de labor en el biohuerto, para colmo los padres comenzaron a venir preocupados por la tardanza de sus hijos, todo el mundo me miraba sin decir palabra alguna pero era evidente lo que pensaban "por tu culpa" , es que no se le ocurrió mejor idea al director que aplicar la comunista frase: "cuando llueve todos se mojan", No faltó los amores inocentes y que por primera vez lo confieso, por si es que ella está leyendo. Janet Cusi Sánchez se llamaba la niña que emocionaba este nobel corazón pero que sin embargo nadie lo sabía. ,cierta vez med pidió que lo acompañase a la salida del colegio a su corral de gallos de pelea que tenía alquilado en algún lugar que no recuerdo, allí habían gallos de todos los colores y yo como si entrase a un mundo diferente los veía emocionado, levantando la cabeza y elevandome de cuclillas para observarlos mejor, recuerdo como Cabrera probaba unas navajas que colocaba en el espolón de uno de sus gallos preferidos y me decía así se hace. El pelao, Ángel cabrera continuó enseñando varios años más, tanto así que fue maestro de mi hermano también. hoy acabo de enterarme que murio hace varios meses, me quedan de él tantos recuerdos, consejos y castigos que sin duda alguna jamás olvidaré de ese viejito canoso, larguirucho, ojiverde y sobretodo pelao, muy pelao. Descansa en paz