viernes, 24 de agosto de 2007

Allí estaba ella



Muchos dicen que hoy 23 de agosto fue un mal día, lluvia y lodo desde la mañana, frío y viento por la noche, yo creo todo lo contrario hoy ha sido un día con huella.


Sentado en la inestabilidad de la coaster que me traslada a la universidad y con la incomodidad de portar mi maleta de herramientas para lo que será una ardua labor clínica me ocupaba de revisar el reloj para controlar el tiempo de llegada pues si este me sobra puedo hacer uso de eso que se llama piernas y me hecho andar desde circunvalación que es donde me deja el carro y dirigirme por la avenida canadá hasta san luis, entrar por una calle cerca del banco de crédito, bordear el parque, nuevamente entrar por una calle más estrecha aún , girar a la izquierda, nuevamente a la derecha y llego a badajoz, pero como de costumbre el tiempo me es adverso, rápidamente me levanto del asiento, sorteando a las personas que permanecen paradas, recuerda que llevo mi maleta y mi gran mochila, ... disculpe, permiso, gracias.. auuu...Lo siento... le digo a la cobradora bajo en Canadá, baajan canadaaaa. grita ella. al fin pude descender de la couster extrañando la calefacción natural que en ella había, ahora la inclemencia del invierno hace efecto en mi cuerpo, subo las escaleras, cruzo el puente para dirigirme hacia el paradero que se encuentra en el extremo opuesto, en medio del puente una señora postrada en el suelo con su niño y una taza de plástico pide limosna, ya la conozco, sólo de vista nunca le hablado no ha habido oportunidad, desciendo las escaleras del puente por donde cruce, malaya sea mi hora, no aparece ni un carro con los tantos que hay, perder 3 minutos en esperarlo es mucho tiempo, al fin se digna en aparecer uno grande y marrón, lo abordo rápidamente, trato de sentarme en los asientos delanteros ya que mi viaje hasta la avenida san luis sólo durará un par de minutos, pago mi china con cara de pocos amigos por si es que al cobrador se le ocurre reclamarme algo, desciendo del vehículo y como diría mi abuela :..."patitas pa´que te quiero......" ergo me había acordado que la mascarilla la tengo desde hace tiempo y ya por decencia y salubridad era hora de comprar otra, es por eso que me detengo en Nelly mi casera de artículos dentales para adquirir una, urgo entre las menudencias de mi bolsillo y saco los cincuenta céntimos, le pago y salgo en fuga hasta san luis, como el arreglo personal es importante y el tiempo apremia aprovecho que cerca del famoso paradero del teléfono, a inmediaciones de la caseta de vigilancia y el lugar donde venden bijouteria al paso hay una especie de mampara de vidrio con reflejo como espejo, es ocasión de mirar si durante la vicisitud del viaje no se me ha despeinado el cabello, todo esta bien y en su sitio, en clínica por estragos del terremoto seguimos en la sala 7 aunque deberíamos estar en la 5, es por ello que la asignación de unidades (entiéndase para los ignotos sillón dental) no es tal en este caso. mi paciente osea mi madre llega con 40 minutos de retraso, no hay reproches, es el tiempo que emplee para ir a locker cambiarme de zapatos, traer mis materiales, limpiar la unidad (sillón dental) cosa que siempre hago y recomiendo, nada les cuesta pedir un sobre de algodón en proveeduría empaparlo con alcohol y frotarlo sobre los mangos que cogerá tanto el operador como el paciente, yo incluso voy más allá colocando sorbetes previamente cortados a la medida de la jeringa triple. Hoy realizé dos cosas, tomé registro de relación céntrica( que en el momento de intentar montarlo se movió la condenada horquilla y la ausencia de mi paciente para repetir el procedimiento exasperó grandemente a este humilde servidor), pero mencione que realizé dos tareas, la segunda fue articular en el matarratas los modelos para mi incrustación, como salgo de clínica a las 5 p.m y tengo teoría de ética a las 6 p.m confié que podía terminar todo y en efecto lo hice, pero esto incluyó sobresaltos como no tener a mano el lápiz bicolor que me pidió el Dr, yo y ninguno de los compañeros que estaban, o al menos eso me dijeron, yo quiero creerlos; el caso es que el dr. nuevamente me solicitó un material que no contaba en ese momento, un bisturí, ya el tiempo era muy estrecho y en ética iba a tomarse examen, con pasos rápidos subo las escaleras hasta llegar al locker, urgo entre mis pertenencias y encuentro al bendito bisturí , todo oxidado y desafilado él, pero servirá, el dr. Paz soldán me dá el visto bueno y firma mi solicitud de laboratorio. No es posible, es las 6:14 `p.m, subo las escaleras salteándome un escalón, uy ya están dando examen. como perro arrepentido entro en silencio al salón y el Dr.- Manuel Quimper me hace un gesto para ir a recoger mi prueba, yo ni corto ni perezoso me apresuro a recibirlo. toda el monólogo del dr. Quimper duró 1 hora 49 minutos. y he aquí que recién para mí comienza el día.


Estaba pensando como siempre lo hago en poder encontrar a esa persona excepcional recorrer los pasillos de clínica, tenía que hacer o perder tiempo pues ella sale a las 8 en punto y esta vez como nunca en la corta historia de ética salimos relativamente temprano, es por ello que me voy al baño y me mojo el cabello, bajo al 2do piso y hago lo mismo, bajo al primero y la busco pero no está, resignado y triste a no verla este día me dirijo a canadá, en el camino me encuentro con mi amigo Chacón, juntos vamos hasta la avenida canadá, dirijo la mirada hacia un grupo de chicas, azules todas que conversaban, y allí estaba ella. radiante, inmaculada, bella, con esa sonrisa candorosa y perfecta, el impacto de su presencia me deja inquieto, no me ha visto. sigo hacia adelante con mi amigo, conversamos un rato, sólo 8 metros nos separan del grupo de chicas en donde está ella. me despido de Chacón cruzo la pista (avenida canadá) con el corazón palpitando fuerte, desde el otro extremo de la avenida me es muy difícil reconocerla, ya que hay muchas otras personas; cruzan dirigiéndose hacia mi otras de sus amigas, asumo que el grupo se ha disuelto y ella se ha ido, nuevamente hago el viaje de regreso a la otra avenida, buscándola inquietamente y con atisbos de desesperación resuelvo que ya se ha ido. me detengo a comprar unas galletas animalitos en el kiosco, no lo hago porque está 0.10 céntimos más de lo normal, cruzó ahora la avenida san luis hacia otro puesto, cuando entonces sin verla directamente,la reconozco tan solo con mi vista periférica, es ella me digo, los latidos se incrementa nuevamente, y la miro esperando su carro, sola como nunca, linda y bella como siempre, antes de abordarla tenía que ir a comprar las galletas en el puesto al que me dirigía pues esa era mi dirección primera y no podía ser tan evidente de cambiarla hacia ella bruscamente, ella sospecharía, es por eso que hago la compra y me dirijo a ella, siempre con el corazón bombeando fuerte, hola .... le digo, que frío no? y ella contesta no has traído casaca, si pues le respondo, tengo que confesarlo estaba nervioso, si tan solo su presencia es suficiente para estarlo, sostener una conversación es una tarea aún más difícil. y empezamos a conversar sobre la clínica, sobre el sismo, sobre el frío y ruedas. lamentablemente hubo pausas donde los grillos hicieron su trabajo, pero fue suficiente para hacer de mi día uno de los más hermosos que desde hacía tiempo no experimentaba.

No hay comentarios.: