domingo, 16 de marzo de 2008

No nos hagas esto, paciente

8:30 de la mañana y rostros preocupados con una esencia de angustia dejan verse por los pasillos y salas de la clínica de odontología de la Universidad de San Martín de Porres, a paso ligero y casi trotando ultiman lo que será un provechoso día, siempre y cuando el paciente recuerde el pequeño detalle de una cita consertada y es que es de todos los días, detrás de todo esmerados interno que ante su paciente debe mostrar el rostro más amable está la duda si este será capaz de mantener esta relación de confianza y puntualidad en las citas posteriores y en muchas ocasiones no es así, dañando seriamente el corazón de nuestros esforzados internos, es cuando el paciente sin enterarse siquiera se convierte en víctima de semejantes improperios lanzados en su contra con cierta justicia por el interno que es de carne y hueso, que tiene sentimientos y no es de piedra y que de alguna forma debe descargar su rabia e impotencia y que mejor manera que comentar con su compañero de unidad: las senectudes (vieja desgraciada...) , los límites (se pasa ...) y los cálculos (me hace perder tiempo...) , cabizbajo y mermado, resignado a no ver por este día ,no al paciente, sino al puente, a la completa o la remo se dirige a realizar el paseo del calvario, con paso lento dirigiendo su mirada inútilmente por las lunas transparentes de la clínica y mirando al piso de granito , para luego elevar nuevamente la vista hacia el reloj, quedando más desalentado aún, continúa dirigiéndose a los asientos designados y conocidos para los internos sin pacientes, se les puede ver mirando el celular con la esperanza de un mensaje, o al menos buscando una explicación, respuesta que sin embargo no llega. Alzan la vista y miran con una envidia casi imperceptible a sus compañeros que con historia en mano dirigen a sus pacientes hacia las salas, es cuando decide regresar nuevamente a su unidad y al encontrarse en el umbral de la puerta, ve a lo lejos su sillón vacío con un campo azul desierto, un vaso lleno de agua aún y una cánula erecta. Es lo que ocurre, cuando un paciente falta a su cita, tu no lo hagas, recuerda que el interno tiene sentimientos, no le hagas más daño, ve a tu cita.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

con este texto das a entender que tu has estudiado por interes o por plata y no por vocacion, ya que los pacientes para ti son un medio y no un fin, tu medio para alcanzar un puente o una protesis, pero el paciente a ti ni cuernos te importa, como haces quedar mal a tu carrera, peor aun a tu universidad...

Garo dijo...

Buen punto. ¿Cuántos pacientes me han fallado? Y me he quejado, pero también debes entender que las personas son más que tus motivos... a veces simplemente no pueden. La odontología como esta planteada en el Perú es un lujo que no todos se pueden dar.

Anónimo dijo...

bien dicho Garo, mas claro ni el agua.

Anónimo dijo...

Q FEA VAINA ESTE QUEA ESTA CAGADO DEL CEREBRO :S ... D HECHOO QUEA SAN MARTINIANO HASTA EN LOS HUESOS JAJJA XD

Anónimo dijo...

q buena Quea!!! sigue asi el anonimo anterior deb ser tecnico dental!!! o de las tantas universidades q nos envidian! es tan cierto lo q dices!! pero q aces en odonto escribes de la ptm! se como odontologo eres mejor!! pero m impresionast con este blog lo encontre ueviando en internt y e leido todo asta el campamento con tu family!!
sigue asi!

Anónimo dijo...

tamare me uevie deb ser el primer comentario el cual t critica sobre el record! pero sigue asi

Anónimo dijo...

Un tecnico dental sabe mas que un odomtologo de la San Martin y hace mejor su trabajo.