Desbasureando al Doctorcito

Siempre tuve alergia por los médicos a pesar que alguna vez intente ser parte de ellos pero con la salvedad de no ser aquejado por el síndrome caracterizado por las 3A: (altanero, autosuficiente y arrogante), de mas está decirlo la generalización queda exenta en este post pues hay un reumatólogo en la familia y hasta el momento escapa a esta enfermedad, pero caben señalar los espécimenes que se han cruzado por el andar de este humilde y malhumorado servidor y sí que han sido muchos. Durante mi carrera he rotado por varios hospitales (HNERM, hipolito unanue, Loayza, INEN, Policía, Militar, 2 de Mayo) y en casi todos afortunadamente la calidad humana es una virtud que aún perdura, sin embargo hay melanomas en todos sitios y pude toparme con uno bien grande y metastásico, ulceroso, gangrenoso y purulento su apellido "Delgado", el doctorcito delgado, un tipo colorado y panzón, alucinado el rey del mundo, creyéndose con licencia por basurear a todo aquel que se le cruce en frente, el que antes de cortarle el cuello a una paciente para hacerle una tiroidectomia maldice el estar allí, el que en consultas le dice "no jodas" a un pobre paciente senil cuando comienza a ahogarse por el tubo endotraqueal, aquel es Delgado, adulado por todos y acostumbrado a expectorar en el rostro de quien sea su infausto existir. Una mísera persona que ha osado intentar hacerme víctima de sus arranques psiquiátricos prepárense porque pronto en el décimo piso arderá Troya.