Sí a los Pirotécnicos

La incapacidad por controlar y hacer cumplir las normas ha hecho que las autoridades municipales junto con la policía adopten medidas facilistas, como es el caso de la prohibición de compra y venta de productos pirotécnicos. Debido al trágico siniestro que cobró la vida de cientos de personas en el incendio de mesa redonda la ineficiencia de las autoridades quedó descubierta, al no poder controlar ni administrar de manera segura el uso y venta de estos productos, los cuales durante décadas se convirtieron en una tradición peruana para celebrar las fiestas de fin de año. Es muy fácil y simplista prohibir aquello que sería muy engorroso regular, considerando que las detonaciones de fuegos artificiales no constituyen un peligro alguno si es que se toman las medidas de seguridad necesarias y son supervisadas por un adulto que garantice su inocuidad. La represión ha sido tan fiera que incluso normas municipales absolutamente arbitrarias, como es el caso de la comuna de Surquillo haya prohibido la detonación de productos pirotécnicos incluso en la vía pública. ¿Educar o Reprimir?, la satanización de los productos pirotécnicos clásicos, excluyendo a los potenciales mutilantes, no pueden ser objeto de persecución al no justificarse su restricción.
Puntos de venta en lugares abiertos, amplios y formales, importaciones registradas y supervisadas al mínimo por la dicscamec, concientización y educación en el uso de productos pirotécnicos, suenan más razonables que una fácil prohibición.
Quieran o no, siempre en el mercadillo de la esquina habrá un paquete de cohetecillos que comprar y vender, la responsabilidad está en nosotros de saberlos usar correctamente y con criterio.