Buen precedente, la Medina en la cárcel

Hasta que la bendita palabra justicia se hizo carne y plasmó en marrocas entre las manos de la que hizo del periodismo una coartada perfecta para violar los más elementales derechos en aras de sus intereses. Un periodista antes que todo es un ciudadano y como tal se atiene a las consecuencia de sus acciones, es un muy buen precedente y dice mucho de nuestro alicaído poder judicial el no dejarse intimidar por personajes supuestamente poderosos, es por ello que hemos visto desfilar esposados a Fujimori, Laura Bozzo, Congresistas, empresarios millonarios y toda clase de sujetos que tienen procesos pendientes con la ley, esta vez cayó en las redes de la justicia una "periodista" , y como es obvio todos sus colegas saltaron furibundos hasta el techo por el temor de no tener carta blanca al momento de emitir juicios que no estén sustentados con pruebas fehacientes, por la tarde cuando reventó el chupo se escuchaba ya un Chema Salcedo solidarizándose con la urraca, una Rosa María Palacios dándoles palmaditas en la espalda ante los sollozos incontrolables de la Medina, y también congresistas oportunistas que gritaban : ¡Cortina de humo!.
Ante la justicia todos somos iguales, si Magaly Medina, hoy interna del Santa Mónica, cometió actos que para ley significan una condena efectiva, pues que los cumpla. No conozco de leyes, pero sólo basta usar la lógica para comprender lo que sucede, no es la primera oportunidad que Magaly está inmersa en juicios como estos, anteriormente ya ha sido encausada hasta en 7 oportunidades y en la mayoría ha sido condenada culpable y obligada a pagar fuertes cantidades de dinero a sus denunciantes, hay algo que se llama "Reincidencia" que ha llevado a una confiada Magaly a esta situación de barrotes, que es la prueba de fuego del poder judicial a resistir el vendaval de diatribas y alucinaciones de periodistas unidos en su supuesta causa por defender la libertad de expresión, tan manoseada y tergiversada hasta el día hoy en que se ha creado un buen precedente para desarmar a la prensa calumniadora y de fácil acusación. 5 meses ni uno menos.